Espondilitis Anquilosante

Espalda desnuda con cuerdas de alambre de púas entrelazadas en ella.

La espondiloartritis o espondiloartritis seronegativa o SPA es el nombre de una familia de enfermedades reumáticas inflamatorias que incluye la espondilitis anquilosante, la espondiloartritis indiferenciada , la artritis reactiva (conocida anteriormente como síndrome de Reiter), la artritis psoriásica y la artritis asociada con las enfermedades inflamatorias del intestino como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

¿Qué es la espondilitis anquilosante?

Es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas (en la pelvis). Con el tiempo puede causar rigidez, dolor y, en algunos casos, fusión de las vértebras. Sin embargo, en muchos pacientes puede afectar articulaciones y/o tendones de las extremidades tales como tales, tobillos, rodillas, codos, muñecas, dedos entre otras mas.

¿Cuáles son los síntomas más comunes?

Dolor en la parte baja de la espalda y glúteos, rigidez matutina que mejora con el movimiento, fatiga y, en algunos pacientes, dolor e inflamación en otras articulaciones como caderas, hombros o rodillas. Algunos pacientes pueden tener síntomas severos en los ojos, a nivel pulmonar, la piel o el intestino.

¿A qué edad aparece con mayor frecuencia?

Suele comenzar en personas jóvenes, entre los 15 y 35 años. Es más común en hombres, aunque también puede afectar a mujeres. . Los miembros de la familia corren un mayor riesgo de padecerla.

¿Tiene cura la espondilitis anquilosante? 

No existe una cura definitiva, pero los tratamientos actuales pueden controlar la inflamación, aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

¿Cómo se diagnostica la espondiloartritis? 

Para realizar un diagnóstico correcto, el médico debe evaluar la historia clínica del paciente y realizar un examen físico. El médico también puede realizar otros dos tipos de evaluación. Una de ellas consiste en solicitar una radiografía de las articulaciones sacroilíacas, un par de articulaciones de la pelvis. Los cambios radiográficos de las articulaciones sacroilíacas, conocidos como sacroileítis, son un signo clave de la espondiloartritis, aunque no siempre está presente. Si las radiografías no muestran cambios adecuados, pero los síntomas son muy sospechosos, el médico puede decidir visualizar las articulaciones sacroilíacas con una resonancia magnética. Además de las pruebas de diagnóstico por imagen, el segundo tipo de pruebas complementarias son los análisis de sangre para detectar el antígeno HLA-B27 y, a veces, también para detectar reactantes de fase aguda, como la proteína C reactiva. En última instancia, el diagnóstico depende del criterio del médico que atiende al paciente. Hay personas que tienen un resultado positivo en la prueba del gen HLA-B27, pero no tienen artritis y nunca desarrollan artritis. Por lo tanto, una prueba positiva no significa que alguien tiene espondiloartritis. Es así que la  interpretación de sus síntomas, de las pruebas y de los hallazgos en la exploración física deben ser hechas por un especialista en espondiloartrititis.

¿El ejercicio ayuda en esta enfermedad?

Sí. La actividad física regular es fundamental: mejora la movilidad, disminuye el dolor y evita que la columna se vuelva rígida. Se recomiendan estiramientos, natación y ejercicios posturales.

¿La espondilitis anquilosante puede afectar mi vida diaria?

Sí, puede generar limitaciones si no se trata, pero con un manejo adecuado muchas personas llevan una vida activa, trabajan, hacen deporte y realizan sus actividades cotidianas.

¿Por qué se produce la espondilitis anquilosante?

Se desconoce la causa exacta, pero se sabe que existe predisposición genética (por ejemplo, el gen HLA-B27) y que el sistema inmune juega un papel central en la inflamación de las articulaciones.  El gen principal es el HLA-B27. Casi todos los pacientes caucásicos con espondilitis anquilosante son portadores del HLA-B27 pero en los latinoamericanos es mucho menos frecuente. Estudios recientes han proporcionado pistas sobre cómo el HLA-B27 induce la espondiloartritis, aunque este tema todavía es objeto de intensa investigación.

¿Qué debo evitar si tengo espondilitis anquilosante? 

Evitar el sedentarismo, fumar (aumenta el riesgo de complicaciones pulmonares y empeora la evolución de la enfermedad) y automedicarse sin supervisión médica.

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Paginas Amigas

https://inforeuma.com/enfermedades-reumaticas/espondiloartritis-axial/

https://autoimmune.org/es/disease-information/ankylosing-spondylitis/

https://rheumatology.org/patients/espondiloartritis

¿Cómo se trata la espondiloartritis?

Existen muchas opciones de tratamiento farmacológico. Las primeras líneas de tratamiento son los AINE, como etoricoxib, naproxeno, ibuprofeno, meloxicam o diclofenac, pero requieren ajustarlo según cada caso en particular y habrá personas que no lo deban usar. Ningún AINE se considera superior a otro. Administrados en la dosis y la duración correctas, estos por sí solos generarán un alivio considerable para la mayoría de los pacientes.

 Para la hinchazón articular localizada, las inyecciones de medicamentos corticosteroides en las articulaciones o en las vainas de los tendones pueden ser rápidamente efectivas. 

Para aquellos resistentes a las líneas de tratamiento mencionadas anteriormente, los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (comúnmente llamados FARME), como la sulfasalazina, podrían ser eficaces, particularmente en aquellos con artritis que afecta las articulaciones de los brazos y las piernas.

 Aunque pueden ser eficaces, los corticosteroides tomados por vía oral no se recomiendan, porque las dosis requeridas producirán muchos efectos secundarios.

Los antibióticos se consideran sólo para aquellos con artritis reactiva.

Se ha demostrado que los bloqueadores del factor de necrosis tumoral alfa (uno de los fármacos conocidos como medicamentos biológicos, anti TNFs) son muy eficaces para tratar los síntomas de la espondiloartritis tanto en la columna vertebral como en las articulaciones periféricas. Pero existen otros medicamentos biológicos para la espondilitis  anquilosante(espondiloartritis) que pueden considerarse dentro de las posibilidades de tratamiento en cada caso en particular. Las actividades recreativas regulares, el ejercicio físico y los ejercicios de espalda ayudan en el manejo. 

Para las secuelas en las articulaciones de las extremidades o las sacroiliacas se pueden utilizar MEDICINA REGENERATIVA como proloterapia o plasma rico en plaquetas con lo cual puede mejorar notoriamente el dolor y la funcionalidad de esos daños articulares. Link a Medicina regenerativa

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